El
curso análisis molecular y filogenético de comunidades mircobianas
capacitó a profesionales en el uso de estas nuevas técnicas
Solo un
porcentaje menor a 1% de la gran diversidad de microorganismos que
habitan el planeta, puede ser cultivado para estudiarse a
profundidad. El uso de herramientas de la informática facilita esta
tarea ahorrando tiempo y costos al tiempo que se obtienen resultados
certeros.
El estudio de
la comunidad microbiana, además de brindar información sobre el
ecosistema y su biodiversidad, tiene aplicaciones en el campo de la
salud, la industria farmacéutica e incluso en la producción de
alimentos.
Para
actualizar las competencias de los estudiantes e investigadores en el
empleo de estas técnicas computarizadas, el Centro de Biofísica y
Bioquímica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
(Ivic) organizó, junto al Centro Latinoamericano de Ciencias
Biológicas (Clab – Unesco), el Curso Internacional Análisis
Molecular y Filogenético de Comunidades Microbianas.
30 estudiantes
y profesionales del área de microbiología, ecología y medicina
acudieron a la convocatoria. Ocho de los interesados provenían de
otras instituciones como la Universidad Simón Bolívar, el Instituto
Nacional de Higiene “Rafael Rangel, el Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias, el Servicio Autónomo del Centro
Amazónico de Investigaciones y Control de Enfermedades Tropicales
“Simón Bolívar” y la Universidad de Oviedo (España).
Durante la
jornada, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer las
herramientas disponibles, en esta materia, y aprender a manejarlas
con la asesoría de tres investigadores internacionales invitados:
Leonardo Mariño, del Centro Nacional para la Información
Biotecnológica y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos;
Pablo Vinuesa, de la Universidad Nacional Autónoma de México y José
Carlos Clemente, del Hospital Mount Sinai de Estados Unidos.
“Estos
cursos son de vanguardia y están dictados por profesores
iberoamericanos que conocen las realidades de esta región y hablan
el idioma español” aseguró la investigadora del CBB, María
Alexandra García, quien participó junto a las doctoras Mónica
Contreras y Milagro Fernández, en la organización de la jornada de
actualización.
La primera
secuencia completa de un genoma bacteriano fue obtenida en el año
1995. En 20 años se ha logrado caracterizar más de 200.000 de estas
secuencias, gracias al avance de las técnicas moleculares y
bioinformáticas.
“Al
usar programas informáticos de forma eficiente en ambientes de
sistemas operativos libres, podemos hacer un análisis de grandes
cantidades de secuencias genéticas y obtener datos claves sobre
estos seres y su diversidad” afirmó Vinuesa.
Proteger la
biodiversidad
Saber que en
un gramo de suelo pueden hacer vida entre 10 o 100 millones de
especies distintas de microorganismos advierte la importancia
biológica de los seres más antiguos del globo terráqueo.
Gracias a
estos habitantes invisibles, fue posible que la atmósfera se
convirtiera en un espacio rico en oxígeno. Sus mecanismos para mutar
y adaptarse a todas las condiciones posibles, han intentado ser
copiadas por la ciencia, a fin de dar respuesta a diversos problemas
que enfrenta la humanidad.
“Venezuela
es rica en biodiversidad y esto es una gran oportunidad para estudiar
más a fondo los organismos, que representan una joya para la
biotecnología y el desarrollo de la ciencia” explicó Vinuesa y
advirtió que al afectar los ecosistemas también se modifican las
comunidades microbianas, sin tener en cuenta la magnitud de la
alteración.
Estudiar las
comunidades microbianas a través de las técnicas de la
bioinformática, permite contar con información valiosa para
conservarlas. “Esto nos permite conocer más al organismo, no solo
su posible acción patógena, sino también la forma en la que
contribuyen con la vida y en la que evolucionan” destacó Mónica
Contreras.
La información
proveniente de los microorganismos, también ha sido de utilidad en
el desarrollo de fármacos para combatir enfermedades así como en la
comprensión de fenómenos complejos para explicar la síntesis de
proteínas y nutrientes.
“A través
del estudio de la taxonomía y las relaciones que tienen los
microorganismos patógenos con las especies hospedadoras, podemos
identificar nuevas especies que pueden ser de importancia para
advertir brotes endémicos” indicó la investigadora, Milagro
Fernández.
Prensa Mppcti/Ivic
No hay comentarios:
Publicar un comentario